27 de febrero de 2014

Narciso en Goldmundo""

Bravío himno de quietud plena,

asume el ritmo del oleaje,

separa del tiempo el saber:

reír para el mundo.

La mujer sangra hacia la vida

el hombre llueve desde las estrellas

¿Quieres que te diga del silencio?

Las artes muertas de tu Si-No.

Las hebras trenzan tus caminos

para que con vendados ojos

tramen tragedias y glorias

¡Ocasos y mañanas!

Y ahora vienes a desperezarte

con los cantos de tu sangre

plantas batalla y olvidas la guerra

me dices ahora y te creo,

a tu imagen y semejanza.

7 de febrero de 2014

Nota mental



Supongo que éste no es el mejor lugar ni el mejor momento para escribir esto, pero anoche llegué a una conclusión que me suele venir de cuando en cuando (hay veces que no), y se me ha ocurrido la estúpida idea de ponerla por aquí, para esos casos en los que no soy capaz de llegar a ella por mis propios medios, y por si, de alguna manera, puede servir a algún desconocido que lo lea desde el más recóndito lugar de... no sé, Móstoles o Alcorcón.

Llevo tocando el piano desde los 6 años, actualmente a un nivel que se aleja mucho del que tenía cuando dejé las clases a los 16. He compuesto alguna que otra canción, pero no me considero un músico en su totalidad, ni que dichas melodías tengan algún tipo de complejidad o "algo" especial. He escrito historias que jamás llegarán a bestseller, y he escrito mucho, os lo aseguro. He montado en longboard, y no hago tantos trucos como me gustaría, y del mismo modo me pasa con el surf, que a pesar de llevar practicándolo desde hace 5 años (únicamente en verano), tampoco es que sea una surfista con un progreso o ténica remarcable. Estudio una carrera en la que no sobresalgo especialmente, ni siquiera en las asignaturas que más me motivan, ni siquiera en las que más me esfuerzo. Recientemente estoy pintando, y tampoco es que sea algo en lo que me considere una experta, o con un talento especial. Y lo mismo puedo decir sobre la fotografía, que por más que me intereso en ella, menos considero que pueda aportar a la misma. He creado y hecho cuanto me ha venido en gana y no hay ni un ápice de grandeza o talento innato, al menos a simple vista. Dicho todo esto, cabe pensar que no soy buena en nada, a pesar de que hago, y he hecho, muchas cosas. Puede parecer triste y desolador dicho así, y yo de hecho casi siempre lo pienso.

Sin embargo, hay veces en las que en medio de esta letanía de lamentaciones, mientras me autoanalizo con la lupa de mayor aumento y me lamo las heridas creadas por mi incompetencia, me doy cuenta de que sí hay algo que se me da bien. Probablemente casi todo el mundo también lo sea y no lo sabe: me refiero a la capacidad de amar.No sólo en el sentido del amor romántico y pegajoso, sino a la capacidad de amar en general. Aunque no sea una artista, aunque no componga las baladas más tristes ni las más técnicamente perfectas, ni pinte los paisajes más asombrosos, ni escriba rompedores relatos: amo todas y cada una de las cosas que hago, aunque no sobresalga en ninguna de ellas. Hay quienes aman algo porque se les da bien, y hay quienes lo aman por el simple hecho de quererlo, de desearlo con fuerza, de disfrutarlo en el proceso, y no sólo en el resultado. La carrera no para de darme disgustos, y no por ello me siento menos aferrada a ella, es más, mi apego a ella crece cada día, aunque sea el día más nefasto del año, porque siempre me aporta algo nuevo. Cada melodía que fluye de mis dedos, es mía y la quiero, cada palabra que plasmo aquí, o en la carpeta de escritos inéditos, la amo con todo mi ser, así como las fotos que hago en un determinado instante, así como esos escasos segundos encima de la tabla de surf, y esos largos paseos en longboard. Amo con pasión todo cuanto hago, al margen de mi progreso o las expectativas que se tenga de mi, y ello me proporciona la más pura e inocente felicidad. Aunque no sea la estrella del plató, aunque nadie me reconozca jamás.

Espero seguir por siempre en mi burbuja de la felicidad, haciendo lo que se me antoje. Y que me llamen conformista si quieren, que yo feliz les espero pintándome una sonrisa en la cara.