26 de noviembre de 2012

Del pensar

¿En qué pienso? Sabía decirlo, pero olvidé llamarlo: para qué sirve el nombre de lo que nunca llega porque jamás se fue. En rostros fugaces que escapan tenaces a la mirada tendida, en instantes sorpresivos de inmanente belleza, en horrores desnudos de apasionada eternidad, en..., en..., en...aquí, por dios aquí. Un dios en minúsculas, de mi tamaño, de mis necesidades y de mi necedad que al tiempo me espera y me recuerda, y me sueña y me descubre y me rinde y me devuelve. Aquí, en mí, para mí, a mí través, que me reserva un espacio de gloria y paz, de risa y canción...espacio de amor incorrupto, unidad de silencio circular. Qué recito que reciclaré cada paso de mi ser para darle un sentido necesario, que suspiro que respiro por ser un manantial de la vida que me conduce y me sostiene, que clamo por donde quedan los techos del mundo porque espero de la esperanza.

¡Espero de la esperanza!