10 de abril de 2011

No se como no acabó sucediendo.


Llegado el momento, y dada esta situación, no tengo más palabras que logren tu consuelo, ni más anécdotas que consigan reavivar una pizca de tu ánimo, ni siquiera mi sonrisa ni un abrazo cálido y asfixiante. Sólo me queda decirte que te encuentras, de alguna manera, a merced de ti mismo, eres tu último aliento, estas ante tu único dilema. Nada ni nadie debe ni puede influirte, da igual lo que escojas, mientras lo hagas, y siempre aprenderás algo nuevo.
No debes pasar este momento como un mero espectador, sino reaccionas rápido, alguien lo hará por ti, y por desgracia nunca suele ser a favor tuyo.

Aparentar, o ser real
fingir no ser de verdad.
Viajar, cambiar de lugar;
a la aventura, sin destino,
ni fronteras ni caminos.
Sentirlo en la sangre:
el ritmo, el ansia, el hambre,
la música, el arte, la variedad.
Independencia, calor y libertad.

No puedo dejar de mirarte,
droga de mis pensamientos,
te voy a echar de menos.
Y echaré a volar,
o echaré a dormir,
no se si te voy a recordar.